Cuidar de la salud de tus trabajadores es hacerlo de la de tu propio negocio

Muchas son las claves que pueden rodear a una eficiencia en el trabajo. Los emprendedores se encuentran siempre en la búsqueda de fórmulas que puedan impulsar de alguna manera la actividad que nos encontramos desarrollando a lo largo de cada día. Y esas fórmulas se pueden encontrar prácticamente en cualquier sitio. Todos y todas estaréis pensando en aspectos como la formación, la maquinaria con la que se cuenta, la especialización y división del trabajo… y no está mal tirada, porque son cosas básicas para ser eficientes. Eso sí: estas constituyen solo la punta del iceberg, pero por debajo de la superficie hay muchas cosas más que se deben tener en cuenta.

Una de las grandes claves para garantizar que un trabajador sea eficiente es cuidar de su comodidad en el puesto de trabajo. Si un empleado tiene que estar permanentemente realizando movimientos complicados, si no se encuentra en un entorno cómodo en su oficina o centro de trabajo y si no tiene la temperatura adecuada, está claro que va a tener muchas más dificultades a la hora de realizar la actividad por la cual se le paga y que le tiene ocupado durante 8 horas al día. Sacar el máximo provecho posible de esa jornada laboral es algo que debemos hacer posible si queremos que la empresa obtenga el rédito económico que se le presupone.

¿De qué manera se puede conquistar una comodidad en el trabajo? Lo cierto es que hay que seguir los mismos pasos que se siguen cuando intentamos estar cómodos en nuestra propia vivienda. Y una de las cosas que se tienen muy en cuenta en este caso es todo lo relativo al aislamiento térmico o acústico. Y es que encontrarse bien de temperatura y mantenerse ajeno a los ruidos que se producen fuera del centro es algo que va a tener una importancia muy alta en lo que respecta a la manera en la que se trabaja y a las opciones que tengamos de cumplir con los objetivos que nos hemos marcado para una jornada laboral, una semanal u otra anual, por ejemplo.

A lo largo de este texto, vamos a referirnos a dos aspectos que nos parecen imprescindibles para conseguir que un espacio de trabajo pueda resultar cómodo: hablamos del aislamiento térmico y el acústico, que tienen una relevancia mucho más grande de la que la gente les suele atribuir en un principio y que, desde luego, van a ser fundamentales a la hora de conseguir los objetivos de productividad que se estén manejando en el seno de la empresa. Si no somos capaces de aislarnos de la temperatura exterior en un país en el que los termómetros marcan situaciones extremas y si no somos capaces de dejar de lado el ruido de fuera, especialmente en una gran ciudad, estamos perdidos.

Imaginaros ahora en vuestro puesto de trabajo. Imaginad que os encontráis en una oficina ahora en verano y que el aislamiento térmico del edificio no es el mejor. Como consecuencia directa de eso, hay dos opciones: que sintáis un calor desmesurado durante vuestra jornada laboral, lo que seguro que hará que os sintáis menos productivos, o que el aire se tenga que poner tan alto que cause frío o que se gaste mucho dinero en suministros. Ahora imaginaros que estáis en una oficina en la que continuamente se está filtrando el sonido de la calle. ¿Qué concentración podéis asumir en ese caso? Seguramente, muy poca.

Está claro que, para conseguir una mejora en la calidad del trabajo que se puede aportar en un centro, lo idóneo es que el espacio reúna las condiciones necesarias para que sea habitable y conduzca de algún modo a que la gente que lo habita se encuentre concentrada. El aislamiento térmico y el acústico, en opinión de los profesionales de Vidroplast Cantabria, distribuidores de impermeabilizantes y que también se encuentran especializados en este tipo de aislamientos, además de en la instalación de placas de cubiertas, ventanas de tejado o fosas sépticas, es lo que más puede ayudar a conseguir esto en función de lo que apuntan distintas encuestas de clima laboral que se han publicado en nuestro país en los últimos tiempos.

La verdad es que no nos extraña en absoluto. El ruido y la temperatura son dos aspectos que condicionan el bienestar del ser humano y que pueden hacer que nos encontremos perfectamente o que, por el contrario, nos sintamos incómodos y seamos incapaces de resolver asuntos que sí solemos resolver todos los días y para los que estamos sobradamente preparados. Por eso es tan importante el entorno en el que nos desenvolvemos, porque nos condiciona y porque puede ser la causa de que las cosas se realicen de una manera más rápida o de que, directamente, no salgan adelante. Merece la pena que todo lo que tenga que ver con él se tenga en cuenta, ¿no os parece?

Una noticia publicada en la página web de Aragón Noticias indicaba que son diez grados menos de temperatura es la diferencia entre un edificio con y sin aislamiento térmico. Estamos hablando de una cantidad de grados muy significativa y que puede marcar una diferencia sustancial en el hecho de que cumplamos con el objetivo que teníamos previsto o que no lo podamos hacer. Desde luego, no resultaría nada cómodo saber que estamos trabajando en peores condiciones de en las que estaríamos si alguien se hubiera preocupado por nuestra comodidad. Ese no suele ser un plato de buen gusto y también incide en otro aspecto clave en el trabajo como lo es el de la motivación.

Un problema que no es solamente de rendimiento… sino también de salud

Como suponemos que pensaréis vosotros también, todo lo que tenga que ver con los aislamientos no solo tiene una incidencia muy importante en el rendimiento o en la comodidad en el trabajo… sino que también va a tener una repercusión sobre la salud de los seres humanos. Y ese ya debería ser motivo más que de sobra para apostar por conseguir mejorar estos aislamientos y que la gente se beneficiara de ello. Ojalá que muchas empresas tomen nota y se pongan el mono de trabajo en este sentido, porque no cabe duda de que hay un margen de mejora considerable en este sentido.

Una noticia publicada en el diario El Mundo ponía una cifra el número de muertes prematuras que provoca la falta de aislamiento acústico en la Unión Europea. Esa cifra es de 11.000 personas. Cada año. Estamos hablando de una cantidad de personas similar a la de un municipio de tamaño mediano en España. Y son muertes que se producen y que se pueden evitar teniendo en cuenta un aspecto como el aislamiento acústico. En la misma noticia se apunta que la rehabilitación de viviendas en España es 8 veces menor que en Europa y que es necesario dar un paso hacia delante en este sentido.

Cuando hablamos de viviendas, también nos referimos a edificios que sirven como centros de trabajo. Y, si no se rehabilitan, no estarán en condiciones de poder ofrecer a las personas que se desempeñan en ellos el mejor contexto para desarrollar su trabajo. Este es un problemón para las empresas y se requiere que sean estas mismas empresas las que se pongan manos a la obra para intentar paliar un problema que afecta de lleno a la productividad y, por ende, a la rentabilidad que obtienen los diferentes negocios en el ejercicio de su actividad. La naturaleza de una entidad de este tipo debe ser eliminar cualquier problema que tenga que ver con la velocidad con la que se desempeñe su plantilla.

Si la salud es lo primero, es lógico que los seres humanos nos dediquemos a cuidar de nuestra propia salud… y de las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Y esto es válido también en el terreno empresarial, principalmente por el hecho de que, si la gente que tenemos a cargo empieza a tener algún problema que le impida llevar una vida normal, el rendimiento de la oficina o del equipo en general se va a ver afectado por el hecho de que ni seremos tan productivos… ni podremos garantizar que no vaya a haber bajas que nos obliguen a hacer solo una parte del trabajo diario en lugar de completarlo, que es lo que debería ser normal.

Como habéis visto, una cuestión relativa a la calidad de los edificios en los que nos encontramos tiene una incidencia directa sobre todo lo que respecta a nuestra salud. El ser humano no es ajeno al entorno en el que se encuentra y ese entorno le condiciona a la hora de vivir, de sentir y de enfrentarse a las situaciones que le depara el día a día. Por tanto, se debe trabajar en hacer todo lo posible para que ese entorno sea lo mejor posible y que no pueda plantear ningún problema. Teniendo en cuenta que pasamos trabajando buena parte de las horas que forman un día y buena parte de los días que componen un año, que los edificios de trabajo estén perfectamente preparados para no dañar nuestra salud es clave.

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