Criterios para elegir franquicia

Emprender puede ser toda una aventura para el emprendedor que se lanza a por todas. Para levantar una idea de negocio hay que tener muy claro todo lo relacionado con el mismo, el sector en el que se enmarca, a quien va dirigido, lo que se pretende conseguir… Se trata de un proyecto que hay que realizar con antelación y sobre el que hay que trabajar continuamente hasta que se materialice. Una vez hecho realidad, hay que hacer que se mantenga y proporcione los beneficios necesarios.

Nadie tiene la clave para que un negocio funcione. Es muy habitual contar con todo lo necesario emprender, desde la idea hasta el proyecto levantado y falle el aspecto más nimio. A veces basta con elegir mal la ubicación para que el proyecto fracase. Por lo que una excelente alternativa para emprender es hacerse con una franquicia. En algunos casos exigen mucho para empezar, pero en otros, se trata de una apuesta segura con una inversión bastante aceptable.

Sin embargo, a la hora de emprender abriendo una franquicia, resulta importante analizar el modelo de negocio, aprender sobre el sector y estar al corriente de sus novedades. Por supuesto, conocer al detalle la capacidad real de inversión y las habilidades como emprendedor, son otros aspectos a tener en cuenta. En la actualidad, el sistema de franquicia español pasa por un momento excepcional, compuesto por más de cuarenta sectores como la moda, la restauración o las agencias inmobiliarias. La gran mayoría de las cuales, pasan por una etapa de crecimiento que se traduce en aperturas de las mismas por todo el territorio nacional.

En este contexto, es natural que cada vez, haya más emprendedores que quieran integrarse en este modelo de negocio para impulsar su carrera profesional, sin tener que correr un riesgo excesivo.

Conocer el terreno

Lógicamente, antes de lanzarse a la aventura, resulta tan interesante como importante analizar algunos aspectos, los cuales pueden condicionar el éxito de la inversión y el proyecto. Una de las primeras cuestiones que cabe plantearse es si existe un tipo de franquicia para cada persona. Lo cierto es que sí. Cada franquicia requiere un perfil concreto de emprendedor, quien tiene que contar con unas características concretas.

Sin duda, una de las claves del éxito, como nos cuentan desde El Molí Pan y Café en calidad de artesanos de la bollería y de franquicia de panaderías reconocida en todo el país, el café y el franquiciado, con gran crecimiento en los últimos años, es la adecuada selección del franquiciado. Cada marca o franquicia necesita contar con la figura profesional más acorde con su negocio, filosofía y funcionamiento. No todos los emprendedores son validaos para todas las franquicias, por lo que cada candidato, debe estudiar con detalle y precisión la que más se adapte a su perfil y necesidad profesional y personal.

De tal manera que para que franquicia y franquiciado se amolden, existen diversos factores. Las características personales y profesionales del emprendedor, como su disciplina empresarial, sus dotes comerciales, don de gentes, empatía, capacidad de gestión… por un lado y, por el otro, el mercado empresarial.

Ante la pregunta sobre como decidirse por una franquicia, hay que analizar a fondo algunas variables. Estas serán clave a la hora de apostar por una u otra franquicia y garantizar la viabilidad del proyecto. En primer lugar, hay que identificar al público objetivo, las tendencias del sector, las oportunidades de éxito en diferentes sectores y negocios, así como tener en cuenta la ubicación de las franquicias. Este último punto no es para menos, dado que el éxito de un negocio depende en gran medida de su ubicación.

Una vez se tiene clara la franquicia que se quiere adquirir, resulta importante conocer los años que lleva funcionando, el número de establecimientos con los que cuenta, abiertos y cerrados a lo largo de su trayectoria, si es internacional, cuál es su rentabilidad y algunos detalles más. Nunca está de más visitar algunas de las franquicias para conocer su funcionamiento y ver en primera persona su estilo y forma de trabajar.

Conocer el apoyo que ofrece la franquicia al franquiciado, es otro aspecto relevante a considerar. En algunas ofrecen formación, logística, proveedores, marketing y comunicación, etc. Este acompañamiento inicial puede suponer que se alcancen las metas propuestas y por tanto, el éxito del negocio.

En el camino previo a la apertura de una franquicia, también es necesario identificar los intereses personales, ajustar los presupuestos y demás aspectos relativos al perfil del franquiciado. Preguntarse a uno mismo que puede aportar al negocio o si se dispone del capital necesario para la inversión, hacer frente a los obstáculos que pueden presentarse.

Teniendo presente lo expuesto, podemos decir que para elegir una franquicia y emprender con ella, conviene tener en cuenta las recomendaciones, claves y pautas que vamos a citar a continuación. Con ellas, es más fácil seleccionar con buen criterio la franquicia con la que emprender.

Recomendaciones para elegir con criterio

Fundamental lo mires por donde lo mires: conocer el terreno que se pisa. Si estás pensando abrir una franquicia, hay que conocer la esencia de la fórmula comercial. La central debe transmitir mensajes que reflejen la realidad de un sistema que no garantiza el éxito, simplemente por colocar el nombre de una franquicia conocida.

La ecuación la componen otra serie de elementos, por lo que hay que tener presente que la franquicia, aporta las herramientas, el concepto probado y los conocimientos que hacen que el proyecto sea rentable, lo que reduce los riesgos. Pero hay que poner de parte de uno, dedicar tiempo, esfuerzo y comprometerse con la causa.

Obviamente si el franquiciado tiene que conocer el terreno, el franquiciador también. Puede parecer una necedad pero existen muchas empresas que se lanzan a franquiciar en plan aventura y a ver qué pasa. Sin estructura ni conocimientos sobre el sistema o la propia actividad. Preguntar a la central los motivos por los que propone franquiciados es indispensable. Ante una respuesta vaga o imprecisa, descartarla es la mejor opción.

Otra cuestión a plantear es si la central aporta valor añadido real. Es decir, ese valor al que no se accede por medios y recursos propios, en un proyecto independiente. Por ejemplo, los acuerdos con proveedores que permitan comprar a mejores precios, facilitar cartera de clientes potenciales, proporcionar un sistema de gestión que facilite el manejo de clientes sin incurrir en costes de personal, etc. Los expertos aseguran que para que un negocio sea franquiciable, la base del concepto debe ser diferenciadora y que pueda replicarse en otras zonas. El potencial del franquiciado no puede comprarse en cualquier sitio por que no se puede copiar.

Los impuestos por el valor añadido o el canon de publicidad que consiste en un pago periódico a la central, con la finalidad de crear un fondo común destinado a la publicidad y el marketing, así como al royalty, lo que viene a ser un pago a la central por el apoyo que ofrece de forma continua. Son muchas las franquicias que ya no contemplan estas partidas, pero no dejes que te lo vendan como ventaja competitiva. Las centrales de las franquicias deben contar con ingresos recurrentes para crecer, si no los obtienen de los cánones, los obtendrán de un margen comercial dentro de los productos que suministra o cualquier otra vía. Mejor si cuentan con canon y royalty, más claro todo.

Atención al contrato. En esta cuestión, lo mejor es contar con un experto legal, sobre todo ante la posible desconfianza que genere algún punto del contrato o, algo resulta incomprensible. Negociar las clausulas con las franquicias consolidadas puede ser complicado, resultando más sencillo en las que dan sus primeros pasos. En el caso de que se muestren flexibles ante los cambios, conviene prestar atención, puesto que difiere del concepto original del negocio. Un contrato con franquicia debe ser rígido, para garantizar la uniformidad y una operativa común a todos los franquiciados.

Hay que desconfiar de las centrales que facilitan un plan de negocio estándar, sin personalizar. Así como los que colocan previsiones demasiado optimistas. Apostar por lo real es mejor que hacerse castillos en el aire.

Conviene realizar comprobaciones que ahorran disgustos en el futuro y garantizan que todo está correcto. Por lo tanto, hay que acudir al Registro Mercantil y consultar sobre quien se encuentra detrás de la sociedad franquiciadora de tú interés. Es la mejor manera de verificar que todo está en orden y comprobar si la cadena tiene su marca registrada, por difícil que resulte de creer, a veces no es así.

Por último, puede darse la casualidad de que se te abra un abanico de propuestas sólidas y sin diferencias. Ante esta situación, la mejor opción es optar por aquella con la que más te identificas, sobre todo, como cliente. La que cuenta con una oferta de productos o servicios que se ajusta a tus gustos y necesidades.

Una vez tienes clara toda la información y sabes lo suficiente sobre cómo funciona el franquiciado, toca ponerse manos a la obra. A partir de ahí, el camino es duro y no está exento de riesgos, pero si cuentas con el apoyo de la franquicia y el espíritu emprendedor necesario, el éxito está garantizado.

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