Perder alguna parte del cuerpo ha sido desde tiempos inmemoriales, señal de no poder realizar las mismas funciones que se hacían o hacen, la mayoría de las personas. Al menos no de la misma manera, efectiva y eficiente. Sobre todo cuando se trata de los miembros superiores. Aunque en otros tiempos, se sustituía el miembro por una pata de palo en el caso de las piernas o, más recientemente, con algún tipo de prótesis, en la actualidad el panorama, ha cambiado sustancialmente. Todo ello, gracias a la tecnología y la creación de la biónica. De manera que las normas del juego, han cambiado de forma definitiva.
La incorporación de la tecnología ha contribuido a mejorar la mayoría de los procesos de nuestro día a día. En particular, la biónica ha aportado numerosas soluciones avanzadas a la tecnología, de manera que las personas con discapacidad, han salido muy beneficiados. Desde ojos biónicos que solucionan problemas de ceguera, hasta las, cada vez más habituales, prótesis biomecánicas.
De mano de la ciencia más avanzada, son numerosas las personas que pueden sobreponerse a un trauma y sentirse de nuevo, normales, con la ayuda de las prótesis más avanzadas.
Para entender lo que es una prótesis biomecánica, hay que conocer lo que supone la biónica y, empezar por entender que bio, significa vida. Por lo que podemos decir que la biónica es una de las ramas de la tecnología, dedicada a imitar, de la manera más fiel, los procesos biomecánicos de los músculos y huesos que componen el cuerpo humano. De manera que sea posible automatizar el movimiento o preverlo, debido a los numerosos sensores, acelerómetros y resto de elementos técnicos que lo componen. En consecuencia, podemos decir que se trata de prótesis inteligentes y, las mismas, actúan de forma estudiada al milímetro. Por lo que responden a una necesidad primordial: no tener que depender de otros.
Que son los procesos biomecánicos
Este tipo de prótesis, difieren de las normales, en que trata de imitar los diversos procesos biomecánicos naturales, como son los del sistema músculo esquelético del cuerpo humano. Como nos señalan los expertos en prótesis del brazo de Limbium, el sector ha pasado de las prótesis convencionales, con una función única como apoyo o aparente normalidad, a desarrollar prótesis biomecánicas. Más funcionales y hechas a medida de cada paciente.
Con un diseño estudiado y fabricada con piezas móviles, estas prótesis, son capaces de imitar, con naturalidad, los movimientos naturales que haría la persona que las lleva. Lo que permite una mejor adaptación a cada cuerpo, ya que cada diseño se realiza de forma totalmente personalizada. De hecho, las prótesis biónicas no se limitan a realizar un movimiento de pinza, como las prótesis móviles que las preceden, sino que obedecen a las órdenes del usuario.
Esto hace que este tipo de prótesis se convierta en algo más que una prótesis, puesto que devuelven a quienes lo necesitan, gran parte de la independencia que se pierde, al perder un miembro del cuerpo. Tanto si la causa es un accidente desafortunado como si se trata de alguien que ha nacido sin el miembro en cuestión.
Una de las ventajas principales que proporcionan este tipo de prótesis, es el diseño. Se crean y fabrican especialmente para que sustituyan perfectamente a la zona del cuerpo que no está. Por lo que una prótesis biónica de un brazo, se mueve del mismo modo que lo haría un brazo normal, realizando los mismos gestos, con la misma amplitud de movimientos, mano incluida. El usuario tiene la capacidad de decidir el ángulo en cada momento, así como la fuerza que desea aplicar o la velocidad de movimiento.
Tal es su aportación que, en ocasiones, termina con el denominado dolor fantasma. Esa sensación que, tras sufrir una amputación, sufre el paciente, como si la extremidad, siguiera en su sitio. Las prótesis biónicas aportan a los pacientes la seguridad necesaria y permite que el dolor, desaparezca. Añaden independencia y devuelven el tacto y las funciones que realizaba la parte del cuerpo que ha sido sustituida.
Otra de las ventajas que supone es su aplicación directa sobre la piel. Son muchos los pacientes que la llevan directamente unida al hueso, sin necesidad de recurrir a ningún otro sistema adicional. Los movimientos que permite realizar este tipo de prótesis, son de mayor amplitud. Como ejemplo, citaremos el caso de los brazos, con los cuales, el usuario, puede ejecutar movimientos por encima de su cabeza, dirigirlos a los, pues e incluso, girar el miembro a los laterales.
Estas propiedades permiten jugar al futbol a pesar de no contar con las dos piernas, montar en bicicleta con seguridad, cargar las bolsas de la compra o realizar trabajos manuales con normalidad. Lo que permite que las tareas puedan realizarse con absoluta tranquilidad y total normalidad.
Imaginemos la situación que imaginemos, enfrentarse a ella con una prótesis convencional o una biónica, supone un gran adelanto y hace que la historia, cambie totalmente. Aunque no todo es tan maravilloso, cuenta con algunos aspectos negativos, como su elevado coste o el necesario tiempo de aprendizaje y adaptación.
Una realidad a considerar
Como decimos, las prótesis biónicas son un gran avance. No obstante, no está exento de aspectos menos positivos. Las cifras nos dicen que en nuestro país, existen casi sesenta mil amputados, sin contar con los que son tratados por la sanidad privada. Aunque se relacionan las amputaciones con los accidentes de tráfico, lo cierto es que el setenta por cien de las mismas, se relacionan de forma directa con la diabetes.
Una amputación no consiste simplemente en cortar. En función del lugar, la altura y la causa que la origine, puede ser necesario recurrir a un equipo multidisciplinar para que, el tratamiento y la recuperación, sean completos. El equipo encargado de esta tarea, se compone de un médico rehabilitador, especializado en amputados, un fisioterapeuta experto en fisioterapia para amputados y un técnico ortoprotésico, evidentemente, especializado en prótesis.
Sin olvidar los cirujanos que realizan las amputaciones, las enfermeras para las curas, trabajadores sociales o psicólogos que deben trabajar de forma coordinada, para que el paciente, cuente con la mejor recuperación funcional, una mayor independencia y la necesaria integración. Por lo tanto, podemos deducir que no se trata de un trabajo de pocos días o semanas, el tiempo medio de rehabilitación, puede superar los tres meses e incluso los seis.
Debemos ser conscientes de que las prótesis financiadas por la Seguridad Social son de baja calidad, con unas prestaciones escasas y de un peso elevado. Lo que hace necesario que los amputados, realicen grandes esfuerzos para poder moverse.
Por el contrario, las prótesis de última generación, aportan una mayor adaptación, mayor autonomía y la posibilidad de recuperar sus funciones. Lo que se convierte en todo un lujo, debido a su elevado coste.
No obstante, se espera que, poco a poco, este tipo de prótesis puedan llegar a más personas. Con los avances tecnológicos y el diseño innovador, ofrecen una funcionalidad y naturalidad sin precedentes. Como ya hemos comentado, permite que sus usuarios, puedan realizar sus actividades cotidianas con mayor facilidad y confianza en sí mismos. Sus diseños se realizan con sistemas tecnológicos de última generación, de manera que, es posible imitar a la perfección los movimientos naturales que realiza el ser humano.
Del mismo modo que sucede con cualquier tipo de prótesis, al principio, la adaptación puede resultar más complicada. En parte porque deben ir bien sujetos. El proceso de adaptación puede ser tan desafiante como gratificante, aunque existen algunos consejos para facilitar la transición y poder aprovechar, de forma óptima, la prótesis:
- Realizar entrenamiento y fortalecer la musculatura.
- Establecer un periodo de adaptación a la prótesis.
- Llevar a cabo las prácticas habituales.
- Ajustar la prótesis biónica al cuerpo, de manera que se logre la mayor adaptación.
- Mantener siempre una actitud positiva.
En resumen, una prótesis biónica, es una extremidad artificial o dispositivo, desarrollado para sustituir la del cuerpo en caso de pérdida. A diferencia de las prótesis convencionales, incorporan la tecnología más avanzada, como pueden ser sensores y motores, con la finalidad de imitar todo tipo de movimientos naturales del cuerpo. Con este tipo de prótesis inteligentes, es posible interpretar los estímulos nerviosos, utilizando algoritmos de gran complejidad, que permiten tener una ejecución motora fluida y natural. Lo que permite devolver la autonomía e independencia perdida por parte del usuario.
Aunque se trata de un gran avance, lo cierto es que no todas las personas que han perdido alguna extremidad, pueden disfrutar de una prótesis biónica. Su coste, muy elevado, supone que la mayoría, tengan que contentarse con las prótesis tradicionales, con las que los movimientos se limitan sobremanera, aunque permiten aparentar cierta movilidad.
Dado el gran avance tecnológico con el que se han desarrollado este tipo de prótesis, cabe esperar que en un futuro, no muy lejano, se abaraten los costes. Todos sabemos que la tecnología avanza imparable y, con cada avance, disminuyen los precios de los productos, a medida que van quedando obsoletos. Para muchos, lo que puede parecer obsoleto para algunos, puede ser la mayor novedad y resultar, en extremo, útil.