El mayor de los problemas que puede tener un negocio es que los empleados que trabajan para él no se encuentren lo suficientemente cómodos o estén desmotivados. En ambos casos, lo que primero va a pagar las consecuencias de ello es la productividad, que se va a ver reducida de una manera más que considerable. Es algo que entra dentro de lo normal: ¿sois vosotros y vosotras personas productivas cuando no tenéis las ganas para afrontar un determinado proyecto, aunque tenga que ver con vuestra vida privada y no con la profesional?
¿Puede entonces la desmotivación hacer que un negocio no obtenga todos los beneficios que se esperan de su actividad? La respuesta es que sí, que por supuesto puede ocurrir algo como lo que estamos comentando. Sobre todo puede ocurrir si esa desmotivación no solo la vamos a encontrar en uno o dos trabajadores, sino en la inmensa mayoría de las personas que componen nuestra plantilla. Cuando eso ocurre, el riesgo de descalabro que asumimos es tremendo. Conviene que le pongamos una solución a ese tema antes de que sea demasiado tarde. De hecho, la opción que resultaría mucho más positiva para nuestros intereses sería que trabajáramos la motivación entre nuestros empleados sin necesidad de que ya estuvieran desmotivados. Así no perderíamos ni un solo día de productividad en el seno del negocio.
¿Cuáles son los motivos por los cuales una persona puede sentirse desmotivada con un empleo del que dispone? Una información publicada en el diario 20 Minutos empieza diciendo que las causas son muchas y varían dependiendo del tipo de empleo del que estemos hablando.
- Desconexión o aislamiento. Se trata de uno de los problemas más habituales desde que se implantó el teletrabajo como consecuencia de la pandemia. Las personas que trabajan desde casa dejan de tener contacto físico directo con el resto de sus compañeros… y eso puede llegar a ser un problema puesto que son muchas las personas a las que les gusta hablar con quienes tienen al lado e ir construyendo una relación profesional más sólida de este modo.
- Comunicación pobre y mal gestionada. Este es otro de los grandes problemas que podemos llegar a tener en el día a día en el trabajo. Si la comunicación interna no está bien planteada y tenemos dificultades o miedos para comunicarnos con personas de más altos rangos, lo más probable es que primero nos enfademos y después empecemos a desmotivarnos.
- Estancamiento económico. Es evidente que el dinero es uno de los factores que más nos puede ayudar para encontrar la motivación. Aquí vienen si no percibimos una mejora salarial de vez en cuando, es posible que la desmotivación termine copando nuestra cabeza. Sobre todo porque un estancamiento económico, dadas las subidas de precios y la inflación que están siempre presentes en nuestra sociedad, es sinónimo de perder poder adquisitivo.
- Monotonía. Si todos los días son iguales y no hay avances considerables en la manera de trabajar, estamos perdidos.
- Desacuerdo con la filosofía empresarial. La noticia a la que nos hemos referido propone un buen ejemplo. ¿Cómo se podría sentir un vegetariano trabajando para una empresa especializada en embutidos?
Como veis, son varios los factores de riesgo que debemos tener en consideración para evitar todo lo que tiene que ver con la desmotivación en el trabajo. Es importante que el emprendedor o el jefe del departamento correspondiente no espere a darse cuenta de la desmotivación de sus empleados para proponer iniciativas que puedan ayudar a mejorar esa motivación y con ello a mejorar la productividad y el ambiente con el que se trabaja. Estar contentos en el trabajo es una de las maneras de conquistar la felicidad más absoluta en nuestra vida.
Pero, ¿Cómo se puede conseguir una mejora en este sentido? La revista Forbes, en su página web oficial, propone 5 maneras de motivar al personal, que son las que os vamos a transmitir a continuación.
- Hay que transmitir positividad y optimismo. Cuando vemos las cosas con ilusión, está claro que hay muchas más maneras de conseguir los objetivos que nos hemos marcado. Además, conseguiremos algo de lo que estábamos hablando más arriba y que es el buen ambiente en el departamento o la empresa.
- Los empleados deben tomar parte en todos los proyectos en los que esté trabajando la compañía, de tal modo que se sientan escuchados. Compartir esos proyectos con ellos y ellas también nos puede servir para conseguir nuevos puntos de vista y puntos de mejora. Y eso nunca sobra.
- Inventivos. Más arriba decíamos que el factor económico es siempre importante… y es obvio que esta es una manera que tenemos para motivar a la gente. Cuando sabemos que los números de la nómina dependen de la calidad de nuestro trabajo, lo vemos todo de otra manera.
- Reconocer los esfuerzos es fundamental. El dinero no es la única manera de motivar, así que también debemos hacer uso de la palabra para esto. Si reconocemos la tan importante labor que ha desempeñado cada empleado en el proyecto en el que está trabajando, seguro que aumentan de manera considerable sus ganas de seguir trabajando.
- Escucha a cada persona. Más arriba hacíamos referencia a este tema y no es para menos. El hecho de sentirse escuchado es algo que también puede tener una contribución importante en el sentir de una persona que trabaja para nosotros.
Hemos visto algunos consejos para lidiar contra la desmotivación en el trabajo, pero dejadme que os dé alguno más en virtud de la experiencia que he ido adquiriendo con el paso de los años. Vuestra plantilla necesita hacer algo diferente, algo que le saque de la rutina habitual. De ese modo, es posible luchar contra la monotonía y que empiecen a sentir que estás pensando en ellos, en su felicidad en el trabajo. Hay muchas maneras de llevar esto a la práctica. En mi caso, quise ser original y proponerles un espectáculo de magia como el de Antonio Romero. Vi muchas risas y tuve la sensación de que se encontraban felices.
No percibo síntomas de que haya desmotivación actualmente en mi empresa. Antes de realizar una acción como de la que os he hablado tampoco, pero decía antes que no hay que esperar a percibir esos signos y eso es lo que he procurado. La productividad es buena como consecuencia de ello y sé que tengo que continuar por este camino para mantenerla. Nunca hay que olvidar que las personas que tenemos a cargo son precisamente eso, personas, no máquinas, y que hay que poner las condiciones necesarias para que se sientan motivadas con la labor que desempeñan.
¿Cada cuanto tiempo hay que hacer cosas de este tipo?
Esta es una de las preguntas que seguramente os hagáis si, como yo, procuráis realizar eventos para que vuestros empleados desconecten aunque sea por unos minutos de su rutina en el trabajo. Lo cierto es que no hay una respuesta directa y clara sobre esto. Seguro que cada persona hacemos una cosa diferente. Yo, por ejemplo y por si os vale de algo, procuro hacer algo todos los meses. A veces es algo más elaborado, como el tema que os indicaba arriba, pero podéis organizar un simple desayuno corporativo e informal en el que habléis de cosas ligadas a la vida personal y no tanto a la profesional.
Lo que es cierto es que no podemos limitarlos a trabajar todos los días del mismo modo, sin tener nada que nos saque de la rutina. No es algo que debáis olvidar. Caer en la monotonía, como hemos dicho, es uno de los riesgos más grandes que podemos correr en materia de desafección al trabajo, a la empresa a la que nos debemos. Por tanto, siempre va a ser interesante que propongamos cosas para el disfrute de la gente que gestiona los asuntos del negocio y que madruga día a día para esto.
El objetivo que debemos perseguir en todo momento es que el equipo que tenemos a cargo sienta que el trabajo no es solo trabajo, que también sea un hobby. Cuando el trabajo es un hobby, deja de ser trabajo y se convierte en algo que nos alegra, a lo que le ponemos amor y cuyos resultados, además, son los mejores de cuantos podemos esperar. Está más que demostrado que, cuanto más motivados y felices se encuentran los trabajadores, mejor salen las cosas. Y eso es clave para la consecución de los objetivos que tenemos marcados a fuego en nuestra hoja de ruta empresarial.
Estoy convencido de que en España hay emprendedores que se están tomando muy en serio este tema y que van a comprobar cómo los resultados de tomar este camino son realmente interesantes. Son muchos los ejemplos de entidades que funcionan perfectamente gracias a actividades como de las que hemos venido hablando y que son el secreto del éxito en muchas ocasiones. Estos ejemplos se tienen que seguir inculcando porque de eso va a depender en buena medida la salud de la que dispone el tejido empresarial de nuestro país. Y esa no es cosa menor.