Estas son las habilidades más demandas en el sector turístico.

Este año se espera la llegada de 41 millones de turistas extranjeros a nuestro país. Para atender y gestionar esta marea humana, el sector precisa de personal cualificado. Estas son las habilidades laborales más demandas en la industria turística.

España es uno de los destinos vacacionales preferidos en todo el mundo. Más allá de razones que podemos pensar todos podemos como el sol, la gastronomía, nuestro carácter hospitalario, etc. la marca “España” es sinónimo de calidad y buen servicio.

El turismo genera una gran cantidad y variedad de puestos de trabajo: hostelería, restauración, comercio, operadores turísticos, etc. En todos ellos, además de precisar una formación específica y disponer de experiencia, las empresas buscan trabajadores con unas habilidades concretas para poder prestar la mejor atención posible.

Los profesores de la Escuela Universitaria Formatic de Barcelona, una escuela universitaria especializada en el sector turístico, señalan lo importante que es formar buenos profesionales en esta área. Ahora no basta con que un estudiante salga de la universidad con una diplomatura de turismo. Es necesario que disponga de ciertas aptitudes que puede adquirir en cursillos y masters, y que no debe olvidar nunca incluir en su Curriculm Vitae si aspira a encontrar un buen puesto de trabajo.

El diario digital turístico Agenttravel nos habla de las habilidades blandas más demandadas en el sector. Estas son algunas de ellas.

Atención al cliente.

Esta es la habilidad más demandada en este sector. En todos los puestos laborales. Incluso en los cargos directivos. Lo más importante es ofrecer una experiencia gratificante al visitante. Que se sienta bien atendido. Que se comprendan sus necesidades. Que reciba un trato educado y cercano.

Esto se aprecia en el camarero que toma nota y sirve la cena, y hasta en la organización de un hotel. Tanto es así, que con frecuencia, en los procesos de selección de personal, los entrevistadores tienen en consideración a los aspirantes que poseen experiencia en trabajos de atención al público, aunque no tengan nada que ver con el puesto de trabajo en cuestión.

Por eso, si eres un licenciado universitario que aspira a un trabajo relacionado con el turismo y has trabajado durante unos meses en una tienda de un centro comercial o de un aeropuerto, aunque solo fuera para sufragar algunos de tus gastos, o como una opción hasta que encontraras un puesto de trabajo acorde con tu formación, no dudes en incluirlo en tu curriculum. No es un dato que resta. Al contrario, suma.

Establecer relaciones a medio plazo.

Todos los turistas, tanto españoles como extranjeros, seleccionan una red de establecimientos en los que basan su estancia. Es como si fuera su centro de operaciones. Lo hacen aunque luego se dediquen a visitar otros lugares cercanos. El turista tiene una cafetería preferida donde suele ir a desayunar. Un hotel de referencia donde piensa alojarse. Una terraza o un bar donde le gusta tomarse una cerveza o la última copa antes de regresar al hotel. Una tienda para realizar las compras urgentes.

Uno de los objetivos de cualquier establecimiento es ocupar este papel. No solo es que el turista se sienta bien atendido, sino que piense en volver. También el sector turístico tiende a fidelizar clientes.

Para establecer estas relaciones no basta con una buena atención al público. Es necesario un trato personalizado y entablar lazos que van más allá de las meras relaciones comerciales. No digo con esto, que el dependiente debe convertirse en el amigo del alma del turista, pero si debe ser capaz de crear cierta sintonía.

Flexibilidad laboral.

En el sector turístico no funcionan las relaciones laborales estandarizadas. El turista debe ser atendido de lunes a domingo. Tanto por la mañana como por la noche. Esto significa que los horarios laborales de 8 horas en jornada intensiva de lunes a viernes no funcionan en este sector.

Un trabajador de turismo debe estar dispuesto a trabajar los fines de semana. A cambiar su horario de trabajo en función de las necesidades de la empresa e incluso a cubrir imprevistos que se puede traducir en un cambio de turno inesperado o en echar horas extras.

Cuando el empleado trabaja en una empresa con varios centros de trabajo, debe estar dispuesto a incorporarse a otra ubicación cuando se lo soliciten.

Organización.

El sector turístico, como el comercio, está plagado de rutinas. No es que el empleado espere detrás de un mostrador hasta que alguien entre por la puerta. Debe estar adelantando trabajo o realizar una serie de tareas diarias para garantizar que el éxito del servicio. Al mismo tiempo, debe atender al cliente inmediatamente, cuando este demande su atención, dejando lo que estaba haciendo a medias, para volver a retomarlo unos minutos o unas horas más tarde.

Esto implica que un trabajador del sector turístico debe ser una persona organizada. Debe tener en mente las distintas tareas de las que se encarga y no desatenderlas. Esta es una habilidad que se adquiere y perfecciona con el tiempo. No es como trabajar en una cadena de montaje, pero puede llegar a ser estresante.

Habilidades lingüísticas.

El dominio de idiomas extranjeros se ha convertido en una condición básica para trabajar en turismo. Por su puesto, se ha de saber hablar inglés con soltura. Pero no basta con esto. Las empresas cada vez dan más importancia a los trabajadores políglotas. Empleados que dominen dos o tres lenguas distintas con capacidad para mantener una conversación.

La razón de esto se basa en que el turista se siente más cómodo si es atendido en su idioma materno. Es un detalle de cortesía al que se le otorga gran importancia. En lugar de recurrir al inglés, que para muchos visitantes es una lengua comodín, el hecho de que se le atienda en su propio idioma, es un signo de atención personalizada.

Hablar lenguas como el alemán, la segunda comunidad turística más presente en nuestro país, el francés o el italiano, suele ser tenido en cuenta por las empresas turísticas. Para certificar este conocimiento, siempre es bueno adjuntar algún título oficial que lo acredite, como son los títulos concedidos por la Escuela Oficial de Idiomas.

Habilidades multitarea.

La capacidad para desempeñar diferentes roles y tipos de tareas en la empresa es otra de las habilidades blandas más apreciadas en el sector. Se corresponde con el día a día de la actividad turística. Donde la atención al visitante no entiende de categorías ni departamentos.

En el turismo, no hay tareas pequeñas ni grandes. Esto significa, que si un camarero tiene que orientar a un turista para que realice una gestión administrativa que precisa con urgencia, este es un detalle que va a agradecer. Si el encargado de un establecimiento tiene que arremangarse la camisa y atender a un cliente, realizando labores que no se corresponden con su cargo, no debe sentirse degradado por ello.

Esto implica conocimientos en diferentes áreas y actitud para desempeñar diferentes tareas cuando sea necesario.

Conciencia cultural.

Esta habilidad tiene dos aspectos. Una respecto al visitante y otra con relación al lugar. El trabajador debe conocer la cultura de visitante o, al menos, ser sensible a sus tradiciones, costumbres y forma de pensar. Los visitantes extranjeros provienen de una cultura diferente a la nuestra. Conocerla y comprenderla es fundamental para prestarles un buen servicio. El trabajador no solo es bueno que conozca su idioma, para comunicarse con él, también debe conocer sus costumbres y aceptarlas, para que el turista se sienta como en casa.

Por otro lado, es bueno, que un trabajador turístico tenga un buen nivel de cultura general. Con independencia del trabajo que desempeñe. De esta manera puede proporcionar al visitante datos que puedan ser de su interés.

Un hecho curioso es que, por ejemplo en Cataluña, la Generalitat concede la licencia de guía turístico a licenciados en historia, siempre que lo soliciten, no solo a diplomados en turismo.

Resolución de problemas.

La revista digital Huffingtonpost señala en un artículo que uno de los perfiles más buscados en la industria turística son los profesionales que muestran una gran habilidad para resolver problemas en tiempo real.

La atención a los turistas se basa, en gran parte, en ir resolviendo los problemas que le van surgiendo al visitante durante su tiempo de estancia en el lugar de destino. Debemos comprender que el extranjero no conoce el país ni a otra persona más que al trabajador que le atiende. Por eso, cualquier problema que le surja, aunque sea de índole personal, solicitará la ayuda del empleado.

El trabajador que está todos los días atendiendo a los turistas es la imagen de la empresa ante ellos. Su punto de referencia. La conexión entre el cliente y la compañía que ha contratado. Por tanto, cualquier imprevisto o error que surja en la prestación del servicio, quien lo va a tener que enfrentar en primera instancia es el trabajador.

Esta aptitud requiere cultivar habilidades psicológicas. Es necesario que el empleado tranquilice al cliente y que le infunda confianza y seguridad en que sus demandas van a ser atendidas.

El trabajo en el sector turístico implica una serie de habilidades que van más allá de un simple título académico.

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